jueves, 27 de febrero de 2014

En solo un instante...

.... Puede cambiar tu vida. Un nuevo día, salgo a la calle a por otra oportunidad, hoy vuelvo a ser anónima, hoy puedo intentar hacerlo mejor. La noche no ha borrado el recuerdo, hoy me castigará por el día. Me gustaría tratar de contar algún tema divertido y positivo, que haga reir. Pero hoy estoy seria. Positiva, serena y contenta por haber sabido actuar con esa serenidad y seguridad en todo momento, pero pasado el momento de mostrar fortaleza, asustada aún.
Por fuera, no quedan heridas que hablen como testigo, pero por dentro, aunque procuraré no tomarme un tiempo excesivo, tendré que cicatrizar. 
Ella era joven. No sé si cacharreaba con algo, iba distraída o simplemente no le dió tiempo a reaccionar, y por eso, no vió la ambulancia que sí vi yo. Quizá le salve la vida, no lo sé, sólo espero que esté bien, que no coja miedo y pueda conducir pronto y que como yo, saque algún aprendizaje de este absurdo. Sólo recuerdo que me dió tiempo de sobra para esperar el golpe, sabía que ella no iba a parar. Entre el ruido de cristales, el sonido de la ambulancia y la visión borrosa (mis gafas volaron a algún lugar), sólo podía dar gracias porque en ese momento iba sola. Iba hacia ellos y no con ellos, con lo que donde fuera que estuvieren, estarían bien, seguramente riéndose despreocupados.
Sólo puedo agradecer porque estoy aquí, escribiendo, intentar tranquilizarme pensando, en las numerosas veces que viene a mi cabeza, que actuaría igual, y recomendar porque yo no soy nadie para dar consejos, que conduciendo no os distraigáis, nunca, y que cuando paséis cerca de un accidente seáis educados, dejéis al morbo de lado y sintáis el mismo pudor que al pasar cerca de una madre que da el pecho a su bebé, también éste es un momento íntimo con muchos ingredientes desestabilizadores para una persona que en un entorno tan desfavorable está intentando recolocarse en su centro.
Aunque nada tiene de gracioso lo sucedido, no puedo evitar sonreír cuando recuerdo el momentazo, justo después del accidente, en el que le dije al policia que yo llegaba tarde a recoger a mi niño a la guardería y tenía que irme, el hombre me miró como si me quisiera fugar o algo así. Pero después cuando regresé al lugar ya con mi bebé diciendo "poli, poli" fue muy majo y hasta le cogió en brazos y le enseñó el coche patrulla por dentro, mientras yo "papeleaba".
Disculpadme si hoy la entrada no ha sido muy entretenida pero, describirlo todo ha puesto mis recuerdos en orden y me ha consolado como un abrazo. Gracias!

No hay comentarios:

Publicar un comentario