miércoles, 26 de marzo de 2014

Keko también

Hoy le dedico la entrada a mi pequeñín, "Keko", como se ha renombrado a sí mismo. Porque me gustaría acordarme siempre de este momento tan maravilloso del desarrollo que estamos viviendo ahora mismo.

Yo ya pasé este momento con mi hijo mayor, que en breve va a hacer cinco añazos, pero, es cierto que las cosas se viven diferente cuando eres mamá novata. Al menos es lo que me ocurrió a mí... 

También estaba encantada con verle "hacerse mayor" cada día, pero, supongo que aunque lo disfrutaba, la inexperiencia y la novedad, el amoldarme a ser cada día una "mamá", y encima la mamá de un niño que va cambiando, como si cada jornada fuese un niño distinto, me hacían verlo todo más deprisa, de forma más ansiosa, queriendo a veces "pasarlo todo rápido" como si de una película se tratase, no fijándome en los pequeños detalles.

Cuando nació mi hijo pequeño, mi vida ya estaba totalmente cambiada; volteada, diría yo. Con lo que, no tuve que pasar por un periodo de adaptación, sólo disfrutar de la experiencia.
Y así es como me encuentro ahora. Disfrutando y alucinada por como en muy poco tiempo, un cerebro tan pequeño e indefenso es capaz de desarrollarse para aprender multitud de herramientas y recursos que apoyan a mi enanito, dentro de sus posibilidades, para que pueda comunicarse conmigo. 

Siempre le he dado prioridad absoluta a la comunicación y la interacción entre las personas. Somos seres sociales, vivimos con otros nos guste o no y es por eso que, el entendimiento entre las personas (o con los animales, que a veces se comunican con nosotros mejor que las personas) bien sea oral, utilizando el lenguaje o los sonidos, o bien por gestos, siempre me ha parecido muy importante. 

Por ello, aunque me encantan los bebés, tengo que reconocer, que la época de recién nacidos de todos los niños, aunque es muy tierna, animal, amorosa, etc, etc.... siempre me ha parecido, en cuanto a interacción, la etapa más aburrida!! Porque aunque existe una comunicación sensible y no visible muy intensa entre la mamá y el bebé durante la lactancia, en la que puedes empatizar con tu hijo, traducir todos sus gestos, sus ruiditos y casi sus miradas, realmente el pobre bebé no te "cuenta" nada.

Quizá en esta segunda maternidad, no viví este momento "aburrido" de forma tan ansiosa porque siempre tenía a mi lado a mi hijo mayor que habla por él, por mí y por toda la población mundial, jejeje... Y quizá también, por eso, Keko ha avanzado de forma tan impresionante en el desarrollo de su comunicación con los demás, porque además de tener a unos padres muy plastas que le hacen hablar y repetir "frikadas" para partirse de risa, tiene un hermano mayor al que admira como a un héroe, al que le hace de lorito de repetición y que encima es su mejor "profe de lengua".

Así que, el chiquitín empezó en esto de la "comunicación humana" como todos los bebés, sonriendo con pocos meses de vida en respuesta a cosquillitas varias o gestos con la cara, después señalando con el dedo lo que le interesaba o afirmando y negando con la cabeza, y finalmente llegamos, pasado el añito, a monosílabos como "si", "no", "pan" y palabras fáciles como "agua", "papa", "mama", "gato",....
Casi sin darnos cuenta, con año y medio empezó a elaborar frases al más puro estilo "Yoda" de Star Wars: "pan Keko quiere", "malo gato muerde", "bicho gusta no" y varias de este estilo, con las que nos hemos reído muchísimo, pero que siempre me han dejado boquiabierta por la capacidad humana de esforzarnos por expresar con los medios que tengamos lo que necesitamos en un momento dado.

En esta misma línea, también me sorprende que no es sólo "hablar" sino comprender qué es lo que se está diciendo. De esta forma, por ejemplo, entiendo que cuando me dice "te quero" o "I bov viu" (que utiliza indistintamente, porque aún no sabe distinguir de idiomas sólo de significados) sabe perfectamente a qué sentimientos se está refiriendo porque me pone "ojitos de amor" y siempre lo acompaña de un beso o un abrazo. O cuando le digo "Give me five" y abre la manita para que se la choque, está comprendiendo el significado de que su mamá le va a hacer un saludo con la mano, traspasando las barreras de cualquier idioma.

Esta semana le he sorprendido mientras se bañaba, cantando en un bucle infinito pero con la hermosa melodía de su voz de bebé "hola do pepito, hola do joché" y me quise derretir.

Y ayer casi me desmayo, cuando le dí a elegir entre dos cosas para merendar y me contestó "chocolate sólo". Ayer mismo le dije a su hermano que viniera conmigo a ponerse el pijama, y él me gritó "Keko también!!". Ahora utiliza el "sólo" y el "también"... menuda aventura, ¿qué será lo próximo?...
No lo sé, supongo que algo igual de sorprendente que me dejará de piedra.  

Tengo que reconocer que me encanta la banda sonora de mi día a día, el que mis hijos hablen y hablen y no se callen ni debajo del agua... Yo tampoco lo hago ;D


Mi "Keko"

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