martes, 29 de mayo de 2018

Ahimsa?

Lunes. Me levanto antes de las 6 de una mañana húmeda y muy fría para ser casi junio.
Cuando bajo a la parada del autobús, está lloviznando. Durante la espera, las caras de sueño ya conocidas de la rutina. El silencio de la calle, sólo roto por una mujer con un carro de la compra que revisa exhaustivamente los cubos de basura de una comunidad cercana. No la importa mojarse, no la importa que la miremos. Supongo que todos pensamos en qué buscará allí. Yo no tiro comida a la basura ni nada interesante ni valioso y supongo que el resto de personas procederá del mismo modo con su basura, por eso, me abruma verla rebuscar de esa manera entre los desperdicios de los demás. Se va sin nada.

Al llegar al metro, una señora mayor me abre la puerta, pienso que es porque va a pasar pero, no es así. Le agarra la puerta a la gente a cambio de limosna. Es muy mayor, ni siquiera ha amanecido y hace fresquete. Debería estar en un sitio caliente tomándose un café y no pidiendo una ayuda con gritos tan silenciosos que, la gente con sus prisas, ni escucha ni agradece.

Durante el trayecto en el metro, hoy se suceden: un señor en silla de ruedas que muestra varios miembros amputados a través de la ropa remangada, una anciana que llora a lágrima viva y nos pide al resto de viajeros que no la abandonemos nosotros también que sabe que somos buenas personas, un señor que nos comenta que tiene una hija pequeña y que no tienen de qué vivir porque la crisis acabó con su negocio.... todos piden ayuda, comida, un trabajo... Es tan desesperante... Son demasiados, ¿cómo vamos a ayudar a tanta gente? ¿cómo puedes sentirte bien, o leerte un libro o mirar el móvil, si a tu alrededor hay personas hablando desde la desesperación? Y luego, también pienso ¿será verdad la historia de todas estas personas, será mentira, serán mafias....? Aunque, no puedo ser juez de nadie, yo qué puedo saber de sus vidas, dudo incluso de estos pensamientos, ya que la mente quiere adaptarme y en su afán de llevarme a una sensación de bienestar puede hacerme dudar para insensibilizarme de las cosas terribles que suceden a mi alrededor.

Al salir del trabajo, hay un señor durmiendo entre los matorrales, está lloviendo, pero se tapa y tapa a sus escasas pertenencias con un plástico grande transparente.
La vuelta a casa en la misma línea de metro es similar...
Ya en el barrio, entro al supermercado a por una lechuga para cenar y un señor en la puerta me saluda alegremente y me pide ayuda, comida, etc... etc... Persigue a otros clientes con el fin de quedarse con el euro de devolver sus carros de la compra. Al lado de este super hay un contenedor de ropa usada y una vez, al intentar echar una bolsa con ropa vieja en él, este mismo señor se puso casi agresivo exigiéndome que le diese la bolsa, que él la necesitaba (aún sin saber lo que había dentro). Por supuesto, se la dí...

¿Tan mal están las cosas? ¿en qué mundo vivo? en serio, EN SERIO, ¿no hay nadie que ayude a estas personas? ¿no hay ningún lugar al que acudir y demostrando que estás tan necesitado puedas recibir algún tipo de ayuda o alimentos?

Pienso que desde que empecé con esta forma de vida, el yama (una de las restricciones del practicante de yoga) que más llamó mi atención fue el concepto de ahimsa.

Cada día intento que, desde que me levanto hasta que me acuesto, mi vida entera esté regida por el principio de ahimsa,  no violencia, compasión por todos los seres...

La definición de ahimsa de Gandhi es la siguiente:

La no violencia es la mayor fuerza a disposición de la humanidad. Es más efectiva que el arma de destrucción más efectiva que haya ingeniado el hombre.
Literalmente ahiṃsā significa no violencia hacia la vida, pero tiene un significado mucho más amplio. Significa también que uno no puede ofender a otra persona, debiendo compadecerse del otro, incluso si se trata de un enemigo. Para aquellos que siguen esta doctrina, no hay enemigos. Quien cree en la eficacia de esta doctrina halla el último estado, cuando se alcanza la meta, viendo el mundo a sus pies. Si expresamos nuestro amor —ahiṃsā— de tal modo que marque para siempre a nuestro enemigo, dicho enemigo nos devolverá ese amor.
Ahiṃsā o no violencia, por supuesto, implica no matar. Pero la no violencia no se refiere únicamente a no matar, sino que ahiṃsā implica una abstinencia absoluta de causar cualquier dolor físico o emocional a cualquier ser vivo, bien sea por pensamiento, palabra u obra. La no violencia requiere una mente, una boca, y unas manos pacíficas.
Mahatma Gandhi

Se la inculco a mis hijos, intento dar lo mejor de mí para ayudar a los demás, siempre, en todo lo que me sea posible, dejé de comer animales, dejé de matarlos (si, también a mosquitos, cucarachas y hormigas), dejé de hablar de gente que no estaba presente o de tomarme nada como personal...


Pero esta realidad a la que me enfrento cada día, hace que el principio de ahimsa por el que me rijo se resquebraje... ¿Cómo vas a sentir que haces todo lo posible y que eres caritativo con los demás si cada día te impacta menos? A fuerza de vivir todos los días esta rutina, ¿llegaré a no sentir nada?...
Y, la pregunta es: ¿cómo puedo ayudar yo, una ciudadana normal con unos ingresos normales y un horario un poco restringido, a tanta gente? ¿cómo puedo hacer que no pasen desapercibidos?...

De momento, sólo se me ocurre dar protagonismo aquí a estas personas anónimas y remover un poco al lector, para que no nos acomodemos cada día detrás de pensamientos juzgadores de indiferencia.

Me pongo una taza de té para quitarme la sensación de frío que se ha adherido a mi cuerpo desde tan temprano. Hoy el mensaje de mi té parece quererme dar una lección...




Tendré en cuenta esta respuesta con el fin de no perder la fé en que las cosas pueden cambiar y en que las personas podemos ser más empáticas y activas.
Quizá poniendo todos nuestro granito de arena aunque sea en forma de compasión o cariño, la rueda gire...


martes, 22 de mayo de 2018

Porto-beanadas

Pues nos hemos animado a hacer mrsbeanadas por el mundo otra vez... Estuvimos unos años más "tranquilos" (¿?) en cuanto a viajes se refiere (ahhh....), por el tema de que lanzarnos a la carretera con pañales, papillas, carros y accesorios infinitos de bebés, además de los propios bean-bebés (que tienen lo suyo también... jejeje), pues nos daba un poco de respeto, pero... los muchachitos ya van para arriba, así que, nos hemos liado la manta a la cabeza y hemos tirado.

Mi mayorcete cumplía 9 añitos y no pidió regalo pero, últimamente nos decía mucho que él nunca había salido de España (ya ves qué "trauma", yo la primera vez que salí fué con el instituto en mi viaje de fin de curso a Italia, cuando me perdí en Florencia de Mrs Bean adolescente, ya os lo contaré...) pero, nos hizo gracia seguirle el rollito... El "extranjero" más cercano y accesible para llegar con el coche, hacer el ganso en la frontera y no gastar dinero ni mucho tiempo en el viaje es...claro está, Portugal!!

Así que aprovechamos el puente madrileño del 1-2 de mayo y nos fuimos para allá, destino Oporto (o Porto como se dice en portugués) que, como os contaré a continuación, es una ciudad de un tamaño normal para patearla con enanos, con toque friqui de Harry Potter, baratita para comer (y con muchas opciones vegetarianas, iujuiiiii!!) y, lo mejor para nosotros (que somos como salvajes) con playa muy grande para correr, mojarse los pies y coger muchísimas piedras y conchitas.

Los papás tampoco habíamos estado en Portugal nunca y ésto, sumado a lo que hacía que no cruzábamos una frontera, hizo que nos fuéramos los cuatro loquitos de ilusión.

Como de costumbre, cuando la familia Bean se va a ir a algún lugar, después de milenios sin hacerlo, el tiempo cambió drásticamente y empezó primero a llover y luego a nevar, mucho (en mayo...), cuando llevábamos escasamente una hora en el coche... El viaje de ida fue un poco rollete por este motivo, llovió todo el tiempo. Aunque, los paisajes abulenses y salmantinos valían tanto la pena que nos animaron en nuestra aventura.

Cruzar a Portugal en Fuentes de Oñoro, un pueblito que es mitad español y mitad portugués fue muy emocionante y todos gritamos cuando vimos por la ventana en cartel con las estrellitas de la Unión Europea rodeando el nombre del país (justo en ese momento, mi móvil decidió que no quería saber nada acerca del roaming, así que estuve incomunicada todo el tiempo en Portugal pero, mira, tiene su lado bueno, me hice un descanso digital). Leíamos por todas partes los carteles en otro idioma y nos reíamos si nos sonaba raro (ninguno tiene ni idea de portugués y yo sólo llevaba bien aprendido Onde é o banheiro?, por si las moscas, que ya se conoce una... jejeje).

En ningún momento aprendí a pedir un café descafeinado con leche de soja así que, he tomado todo tipo de cafés y ninguno coincidía con la descripción. Tampoco hubo suerte con la cerveza sin alcohol (o no la tenían o no me entendían)... Alguién me indicó que la pidiera "blanca" (que esas son las sin alcohol allí) y,... ese día conseguí una Guiness negrota, jejejeje (pero, no me quejo eh? que yo me tomo lo que me pongan...). Descubrimos la francesinha que es el plato típico, una especie de sandwich con interior cárnico (en plan hornazo) recubierto de salsa de queso y huevo frito.... Por suerte, también había versión vegetariana así que, pudimos probarlo!! Y las natas, unos hojaldres con crema riquísimos (en el resto de Portugal, se llaman Pasteis de Belem y, como nos hicimos adictos, en Madrid hemos encontrado una versión muy parecida en Lidl y Mercadona) con los que le hicimos una tarta improvisada a mi mayorzote. Eso sí, a lo mejor no nos entendíamos pero, da lo mismo, porque todos los "porteños" con los que nos cruzamos, nos han parecido amables a más no poder. Siempre intentan ayudar o indicarte como pueden.


Oporto es una ciudad preciosa. Se encuentra como en una montaña a cuyos pies está el río Duero (gigante, profundo y bien cuidado. En su desembocadura, cuesta distinguir río de océano). El casco histórico es muy bonito y está todo bastante cerca así que, se puede ver muy bien a pie o bien, en un autobús turístico que te lleva también a otros sitios más alejados (como la playa). Vale mucho la pena ver los puentes e incluso atravesarlos andando o en autobús (muy recomendable el Ponte de San Luis, de día y de noche, increíble).




La catedral de Porto con sus gaviotazas (a lo lechuza), las casitas casi británicas de la Rua Santa Catarina, la estación de Sao Bento, la Universidad (con sus universitarios/as vestidos con túnica a lo Slytherin), las cabinas de teléfono rojas al estilo londinense, el café Majestic y la libreria Lello te evocarán, casi sin darte cuenta, lo mismo que debió sentir J. K. Rowling cuando se inspiró en esta mágica ciudad para escribir sus Harry Potters. A los niños, y a los papás friquis, nos encantó esa sensación.

Una escapadita, muy corta pero, de esas que te calan y te abren la mirada un poco más.

jueves, 3 de mayo de 2018

Revitalift Laser de Loreal

Trnd me ha escogido de nuevo!! Wowwww y encima para el proyecto Revitalift Laser Peeling Anti-manchas y Anti-arrugas, de Loreal.

Al final doña Mrs Bean se va a poner echa una chavalina, eh?.... entre el pelo bonito, el deporte, las cremitas reductoras y ahora ya sin manchas ni arrugas en la cara, jurjur, parece que Trnd me está tratando fenomenal para que no me dé la crisis de los 40... Mil gracias por confiar en mi juicio Trnd!!

En mi paquete del proyecto me enviaron, además de unas instrucciones de uso para hacerlo todo más fácil, un bote de 30 discos Revitalift Laser x3 con ácido glicólico que combate manchas, arrugas y el tono apagado y una crema Revitalift Laser x3 con SPF20 que corrige, unifica y protege del sol para evitar las manchas.

Los discos están impregnados ligeramente y se aplican sobre la piel limpia con movimientos circulares. Tienen una zona suave y otra con relieve.
Se utilizan sólo por la noche y como, aunque muy suave, equivalen a un peeling químico, durante el día se debe utilizar protección solar en la cara mientras se estén usando los discos. Se debe cerrar muy bien el frasco porque según he leído es muy fácil que se sequen si no lo haces.



La crema Revitalift Laser x3 me ha sorprendido porque a pesar de ser antiarrugas, no es grasienta, se absorbe muy bien y huele de maravilla, probablemente me abone a ella a partir de ahora (además a Andy Macdowel le va fenomenal que lleva lo menos 30 años haciendo anuncios y está igual, jejeje). Yo aparte me estoy poniendo en la cara factor solar +50 que es lo que llevo haciendo ya unos cuantos años para que mis manchillas no vayan a más, ya que no se quitan.





Después de 10 días de uso, os cuento mis primeras conclusiones:

- La piel es cierto que está más iluminada, brillante y, mi sensación personal, más limpia.

- Los primeros 5 días me salieron granitos (bueno, granacos, era por ser fina, pero de estos horribles, en plan instituto adolescente) pero mi experiencia con el ácido glicólico siempre ha sido igual. Este tipo de peeling limpia en profundidad sacando la suciedad y es posible que cause los granos resultado de su efecto. Después se me han quitado, sin marcas (menos mal).

- Las manchas y las marcas de expresión siguen ahí desgraciadamente. Tenía yo mi ilusión de que las manchas al menos se iban a atenuar pero, o es pronto o son imposibles (he probado ya muchos trucos naturales y comerciales). Me salieron con el segundo embarazo y crecen como mi hijo, año a año, a pesar de que como os cuento voy con factores de protección altos y la gorra de marzo a noviembre. Aún me quedan 20 discos y estoy siendo constante en la aplicación de todo lo que me han enviado, así que, aún es posible que veamos mejores resultados... os contaré cualquier novedad.

Alguien lo ha probado? Os funciona?